En medio de la crisis que vive la caficultura, envío artículo de Libardo Gómez publicado en el periódico La Nación de Neiva. Gracias por su hospitalidad  Oscar Gutiérrez Reyes.

La crisis del café, negocio para el sector financiero

 

Las refriegas que los medios de comunicación transmitieron, entre una población desesperada por recibir alimentos y la fuerza publica en el vecino Venezuela y la noticia del descalabro persistente del precio internacional e interno de la carga de café; inevitablemente nos trajeron a la memoria, las circunstancias que movieron la enorme movilización cafetera que se inicio en febrero de 2013 y que en agosto del mismo año se convirtiera en una rebelión generalizada de los distintos productores del agro; de lo frio y lo caliente, desde la papa, la panela, hasta el arroz.

 

Han transcurrido seis años, sin que el gobierno nacional se haya tomado el trabajo de adelantar políticas que alivien las penosas condiciones en que laboran miles de colombianos, que garantizan un plato de comida en nuestras mesas. Una rápida revisión de las condiciones que se presentaban en ese momento y las de ahora arrojan como conclusión que están peor.

 

El gobierno pretende situar los costos de producción de la carga de café en el mismo valor del 2013, cuando un galón de gasolina costaba $8.500 y ahora el mismo tiene un precio de $9.500; el peaje de un camión de dos ejes se situaba en $9.800 y ahora vale $14.100 elevando los costos de transporte; un bulto de urea se compraba por $58.000 y ahora no se consigue por menos de $75.000; algo similar ocurre con los fertilizantes, disparando los costos de producción; esto sin hablar del incremento de la canasta familiar y los impuestos.

 

La diferencia de la situación consiste en que, hasta esa época los caficultores habían sobrevivido vendiendo la vaquita, los marranos o pedazos de la finca, pero esos recursos con la quiebra del 2013 desaparecieron y estos años han acudido a endeudarse para tapar los huecos con los bancos, con una multiplicidad de instituciones que manejan el microcrédito a tasas de usura disfrazadas con cobros de seguros, visitas, asesorías, etc.; que generan tasas del 4% o más; así le han chupado la sangre estos años a los cafeteros; la agudización de la crisis que se viene por los bajos precios, presagia una orgia de remates y embargos que solo puede salvar una intervención decidida del gobierno nacional, alguna solución similar a la del PIC; pues el publicitado Fondo de Estabilización que tiene tramite en el Congreso no tiene el musculo  financiero que se requiere, excluye a miles de cafeteros que no están incorporados en la información de la Federación y el proyecto privilegia el negocio de las compañías de seguros, es un nuevo negocio para el sector financiero.

Tomado de :LIBARDO GOMEZ SANCHEZ y del correo de Oscar Gutierrez