Por Gonzalo Quiñones V.

La emisión del informe PISA, señala que su universo de análisis sobre 600 mil estudiantes de 79 países, ligado a los principios de la Organización para la cooperación y el desarrollo económico OCDE, deja a nuestro país en un lugar deshonroso en áreas tan importantes como la comprensión de lectura, matemáticas y ciencia. El último lugar, con solo un indicativo de 58 puntos, mientras que el mejor de América Latina es Chile, seguido por Uruguay y Costa Rica y en resultados descendentes Méjico, Brasil, Argentina, Perú y Panamá.

Si concebimos que ese tipo de escalafones, son un indicativo de la calidad de la educación que se proporciona a los alumnos, nos demuestra que la docencia en general está en decadencia. Y son muchas las razones que origina esta ausencia de probidad, en los docentes propiamente dichos.

Nadie quiere dar a conocer la creciente deserción de pedagogos con  buena formación, por el abandono del Estado, en cuanto a su situación personal, familiar, profesional y laboral. Ellos son mirados por encima de hombro y en sus aspiraciones por ser más competentes, lo que encuentran son estorbos políticos, celos profesionales y discriminación por parte de los llamados “docentes administrativos” quienes se sustentan en el apoyo politiquero para mandar.

Fortalece la deserción la ¡ola de inseguridad!, las amenazas  de muerte tanto en el sector rural como urbano. Y no se puede dejar de lado la pedagogía izquierdista que se ha impetrado en el seno directivo de la FECODE, entidad también en decadencia administrativa, porque allí prima la politiquería, y con ella, la mentirosa misión de defender los derechos primarios de los maestros. Esta entidad tiene ya un gran poder económico, hasta el punto de pagar altas cifras de dinero en publicidad radial, desde donde fomenta su demagogia orientativa.

Además la materia prima esencial de la Educación son los maestros y los estudiantes, pero es el momento justo de denunciar que están afectados por la drogadicción, por el micrográfico de estupefacientes. En el aspecto formativo han caído en el vacío de la ideología de género, que pisotea la dignidad de la persona, los divorcia de  la formación integral y espiritual. En  la Educación se ha perdido por completo la práctica de los valores, tanto del conocimiento, como la forma de actuar en la sociedad educativa. Miremos por ejemplo, el acoso sexual en colegios mixtos, detengámonos en las riñas internas entre compañeros de estudio y el tráfico de estupefacientes, y hasta conductas de extorsión.

A manera de esperanza y aspiración que hay un viraje de 180 grados en el destino de la Educación  de Colombia, recuerdo un mensaje de un esclarecido profesor del bachillerato: la PEDAGOGIA ES UN APOSTOLADO QUE DEBE SER BIEN REMUNERADO Y ACOGIDO POR TODOS.