Por Gonzalo Quiñones V.
Ahora que estamos en los albores de los debates electorales, encuestas serias y de las otras (donde nunca aparece el patrocinador oficial) y dizque las tendencias, o gustos del elector primario, reuniones por todas partes y debates televisivos, especialmente en los camales regionales. Los más opcionados a conquistar las gobernaciones, alcaldías, asambleas y concejos municipales y las inquietantes juntas administradoras locales y juntas de acción comunal, donde lo que prima es la explotación de las necesidades de los más pobres, especialmente de los barrios marginados, por intermedio de unos ¡LIDERES COMUNALES! que son unos magos para embaucar a las madres cabeza de familia, a los mayores adultos y en condiciones de discapacidad, a los jóvenes sin estudio y sin trabajo. Esta actividad y estilo político son ancestrales e históricos en nuestra Nación.
Se agrega la ¡INCURSIÓN DEMOCRATICA! de un sinnúmero de sectas cristianas, con nuevos principios morales y un soslayado interés de hacer parte de la burocracia y la política como vehículos para demostrar su aceptación colectiva y dizque misional. También los partidos verdes y bronceados; los ambientalistas de moda, frente a la catástrofes de los bosques, ríos y quebradas con su criminal contaminación y tendencia incendiaria de personas y entidades inescrupulosas, con la desgraciada minería artesanal e ilegal; los taladores profesionales de los árboles que son la vida misma de los bosques y grandes dimensiones territoriales como la Amazonía y los cerros insignia de las grandes y pequeñas ciudades.
Surgen como por encanto, los DISCURSOS POLITICOS, con todo tipo de planes de gobierno; con las consabidas promesas, soluciones a todos los problemas que aquejan a los pueblos; ataque frontal a la CORRUPCIÓN Y LA INSEGURIDAD. Dispersión definitiva de los politiqueros y funcionarios corruptos. Cada exponente tiene la solución para desvertebrado sistema de salud. Nadie eso sí, hace referencia a la macabra inclinación a abortar, nuevo comercio médico y femenino. La amenaza que representa la tamizada IDEOLOGÍA DE GENERO, para el futuro de los niños y la familia, y la sociedad en general.
Y dentro de aquellos discursos, ponencias y discusiones, los llamados PADRES DE LA PATRIA, o sea, los senadores en casi todas sus intervenciones lanzan estas palabras: EN ÉSTE PAIS, tal y tal cosa. Dando la impresión de no haber nacido aquí. De ser personajes foráneos o simplemente diplomáticos de tercera clase. En palabras más directas, no son colombianos. Desprecian la NACION que los vio nacer. Comprueban, con la frasecita, su pobreza patriótica y sentimiento de pertenencia y orgullo de ser colombianos.
Es conducente exclamar: NUESTRO PAÍS. Nuestra Nación. Lo expresado en este texto, se inclina por rescatar los valores ciudadanos, la importancia de la verdad por encima de todo. Para que tomemos conciencia que los votantes somos personas, no objetos de especulación. Que es urgente HUMANIZAR Y DIGNIFICAR el quehacer político, para que cada practicante, sea hombre o mujer, lleve como impronta, la idoneidad, ame la justicia y coloque la CONSTITUCION COLOMBIANA, al servicio de cada habitante, de tal manera que florezca la confianza, la esperanza y votemos por quienes merezcan cada dignidad pública municipal o departamental.