La Patria Boba, o sea la conformada por el pueblo-pueblo y la Avispada, integrada por los políticos y abogados corruptos, como los de la Toga han hecho de la renuncia afortunada del Fiscal Humberto Martínez y sus más cercanos colaboradores, y del novelón Santrich, toda una diáspora jurídica, sin precedentes en la maltrecha Justicia de Colombia.

Lo consigno de esta manera dado que los múltiples análisis y pronunciamientos. Jurídicos, generaron una dispersión gigantesca y desordenada de criterios, que hasta los mismos profesionales en la materia se enredan y se confunden solitos.

La justicia nacional se ha convertido en un espectáculo pueblerino,  en una confusión que bordea el módulo de las leguleyadas, como expresión de la medianía académica que se advierte en las facultades de derecho y las ciencias políticas, con sus escasas excepciones, naturalmente.

Y con esta  dispersión jurídica, convertida por los medios de comunicación como la comidilla de cada día; otros audaces opinadores la diseminan  como el ACONTECIMIENTO NACIONAL, mientras que los diarios estadounidenses como el New York Times, dan por sentado la indisciplina, el desconcierto y las malas acciones de altos militares de aquellas brigadas asentadas en las regiones más inhóspitas y abandonadas por el Gobierno y  que están a años luz de la visión del comerciante, hoy ministro robusto de Defensa.

Recabando en la diáspora jurídica, de la que somos víctimas los ciudadanos del común, el actual Presidente analista emotivo, con tendencia marcada  a intimidar y luchador incansable por dar la impresión de firmeza y como el clarividente del presente y el futuro de su pueblo, ha POLITIZADO LA JUSTICIA. HA POLARIZADO DE  NUEVO LA ATENCIÓN CIUDADANA Y VA HACER TRIZAS EL TRATADO DE PAZ. Y lo va a lograr  con el enguande del ACUERDO CON TODAS LAS VERTIENTES POLITICAS. En el entretanto el senador Álvaro Uribe Vélez debe estar feliz, complacido con su émulo, con su gemelo y especialmente con su ELEGIDO IVAN DUQUE. ¿Esta es la Colombia Patria mía que nos merecemos? Juan Pueblo, finalmente, espera que surjan en ésta torre de babel los verdaderos penalistas, constitucionalistas, internacionalistas e observadores epónimos de la cosa pública, para mitigar la DIÁSPORA JURÍDICA CON LA QUE NOS ENTRETIENEN SIN ESCÚPULO ALGUNO.  LÍBRANOS SEÑOR…..

TOMADO DEL CORREO